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Jamás se puede obligar a un niño a leer. El niño a quien castigan por leer tebeos quizá deje de leerlos; pero por obligación, no acudirá jamás a otras lecturas. Y si se le adoctrina, el resultado es el peor de todos. En la Alemania hitleriana, en la Rusia soviética, sólo hay películas dogmáticas. El resultado obtenido no puede ser más lamentable. Basta observar el resultado de la obediencia incondicional de las tropas y del personal del PCF, la nivelación de la inteligencia, el desplazamiento horrible de la persona hacia su cadáver. Eso dio origen a los jóvenes catequizados nazis o soviéticos, los jóvenes soldados de Praga y de Kabul. Nunca se podrá hacer ver a alguien lo que no vio él mismo, descubrir lo que no descubrió por sí solo. Jamás, sin dañar su vista, sea cual sea el uso que haga de ella. A este espectador, creo que hay que abandonarlo a sí mismo; si ha de cambiar, cambiará, como todo el mundo, de golpe o lentamente, a partir de una frase escuchada por la calle, de un amor, de una lectura, de un encuentro, pero solo. En un enfrentamiento solitario con el cambio.

 

[Texto publicado en el número de junio de 1980 de Cahiers du Cinéma, dedicado a Marguerite Duras y coordinado por Serge Daney, con la participación de Pascal Bonitzer, Michele Manceaux, Francois Régnault y Charles Tesson. Hay traducción al castellano, de Chantal Delmas, en Los ojos verdes, Barcelona, Plaza Janés, 1990]

 

L a · c r í t i c a
M a r g u e r i t e · D u r a s

Tengo la sensación que los críticos de cine actuales no se preocupan más que de las películas que han costado caras. Aunque digan que una película no es buena: si es cara, lo dicen en tres columnas enteras. Según la medida de los artículos, se sabe que la película ha resultado cara.

Creo que es verdad, que la crítica actual funciona como un relevo de los agentes de prensa, que depende por entero de su trabajo.

Es el caso de Le Matin, Le Monde, Claire Devarreux aparte. Incluso ahora Telerama. Única excepción: Liberation. De ahora en adelante, cuando hay dos páginas sobre una película, será porque su presupuesto rebasa mil millones de francos antiguos. Muy pocos críticos acudieron a ver Aurélia Steiner. El presupuesto no había sido bastante alto. Creo que no lo hacen de modo consciente. Se van a sorprender al leer esto. Pero es verdad, ya no se molestan en enjuiciar películas baratas. Quizá las vean durante las vacaciones.

Es fundamental. A la gente le impresiona mucho más el dinero que antes.

Ya no se descubren películas. Menos Devarrieux y Cournot que son verdaderamente libres y lo ven todo, los demás ya no ven las películas por el gusto de verlas.

Quizá haya un cansancio de la crítica. Por una parte se producen demasiadas películas. Y, además, son muchos los que quedaron decepcionados por el cine llamado de "vanguardia", "marginal". Lo noté en Siclier, es totalmente sincero.

Es verdad; si queremos divertirnos, podemos imaginar tres o cuatro críticos actuales en una rueda de prensa sobre Aurélia Steiner Vancouver, que costó cinco millones de francos antiguos. Es imposible. No les tengo rencor, pero tendrían que doblar sus equipos. Como críticos de cine, ¿cómo podrán soportar no ver ciertas películas que les han dicho que son importantes? Es incomprensible. Hay algunos a quienes ignoro totalmente, pero que siempre están ahí, fieles cuando publico algo, películas o libro. Intentan, eso sí, como militantes, destrozar lo que hago. Me dicen sus nombres y luego los olvido. Ellos no. Van ver, leen, no se olvida de hacerlo. Eso dura desde hace mucho tiempo, años y años. Esa gente se propone alentar odios por principio, ¿no?

Sí, es una tradición.

Para afirmar su personalidad, ¿no? Porque parece que nadie pueda odiar con esa constancia sin que el odio haya sido concertado de antemano, antes de leer, de ver, ¿no?

 

[Las intervenciones reproducidas en cursiva son de Serge Daney. Texto publicado en el número de junio de 1980 de Cahiers du Cinéma, dedicado a Marguerite Duras y coordinado por Serge Daney, con la participación de Pascal Bonitzer, Michele Manceaux, Francois Régnault y Charles Tesson. Hay traducción al castellano, de Chantal Delmas, en Los ojos verdes, Barcelona, Plaza Janés, 1990]

 

Filmografía

Marguerite Duras en Tijeretazos [Postriziny]

Emilio Toibero en Tijeretazos [Postriziny]