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II
Faucons et moineauxNo tenemos delante una frase de la famosa entrevista de Mao, referida a los problemas de la Iglesia o de las Iglesias frente a la lucha de clases: pero pensamos sin embargo que no será difícil encontrarla, quizás bajo forma alusiva o metafórica. Porque es precisamente a estos problemas de la Iglesia frente a la lucha de clases a los que, quizás un poco arcaicamente, nuestra segunda historia se refiere.
Es bien conocido como San Francisco habló a sus pájaros, y, al parecer, con éxito.
Pues bien, he aquí a San Francisco, con algunos de sus hermanos, entre ellos Fray Marcello y el novicio Fray Ninetto, precisamente en el bosquecillo de la Porziuncola, cerca de Asís, donde la tradición dice que predicó a los pájaros. Está meditando. Detenidamente, con naturalidad en el silencio alegre, precisamente, del canto de los pájaros. Después alza sus ojos, y los dirige sobre Fray Marcelloy Fray Ninetto: para encargarles dulcepero inapelablemente, con la ayuda de los Santos,de continuar la evangelización de los pájaros. Comenzando quizás por dos especies de pájaros muy diversas entre si, por ejemplo los halcones, fuertes y prepotentes, y los gorriones, indefensos y mansos.
Se dice pronto. Puesto que Fray Marcello y Fray Ninetto no son en absoluto santos que pueden hablar con los pájaros en italiano y que estos les entienden del mismo modo. Son ellos, los que para poder predicar a los pájaros, deben comenzar a aprender la lengua pajarera. Y no se ha sabido nunca que un hombre haya podido llevar a cabo empresa similar. Pero quien no ha nacido santo debe buscar serlo con los pocos medios que como hombre tiene a sus disposición. Fray Ninetto es un infeliz, nacido solo para cantar letanías y andar de colecta: y después de todo es sólo un crío. Pero Fray Marcello es adulto, tiene gruesos zapatos y fino cerebro. No ha estudiado, cierto, en su tierra campesina, pero si hubiera estudiado, cabezón y astuto como es, habría podido incluso convertirse en un licenciado, quizás pequeño pequeño, pero licenciado.
Con paciencia franciscana y científica unidas, y con Ninetto pisándole los talones, cruzan Asís, y salen a la cima del peñasco. Donde rechinan los halcones.
A los pies del peñasco Fray Marcello y Fray Ninetto acampan, y allí Fray Marcello comienza sus observaciones. Pasa el verano, llega el inverno, vuelve el verano. Y Fray Marcello está listo. Suben encima de un montículo, hace el signo de la cruz, se recoge, luego comienza a rechinar, a rechinar. Ninetto como un mono, lo imita: se le escapa la risa, pero vence la tentación, y con devoción ayuda a su padre superior.
Al principio los halcones no entienden, luego poco a poco se dan cuenta de la novedad, y rechinando, responden a los reclamos. Es todo un rechinar, en fin, en el cielo de Asís. (Los subtítulos en pantalla, traducirán los diálogos para los espectadores, nota del a.). Los halcones de mejor voluntad comienzan a reunirse su alrededor, y Fray Marcello empieza a evangelizarlos.
Fundido.