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¿Sí... ? ¡Si...! ¡Una conferencia con París s' il vous plaît...! ¡Hola... hola... acá Miss. Dietrich, una conferencia con París urgente! ¡Mi marido Rudi espera noticias mías del otro lado! ¡Ufff..., unverschämt! ¿¡Acaso no escucha usted, he dicho Miss. Dietrich...! ¡Sí, la misma, con París ya s' il vous plâit, merci! ¡Tenía que ser inglés ese maldito de Graham Bell! ¡1932 y no pueden establecer una estúpida comunicación de Beberly Hills a París!
¡¡María!! ¡Alcánzame las pantuflas de raso celeste cariño! ¡Papi está a punto de agarrar el teléfono en París cariño, luego si quieres puedes hablarle unas palabras! Puedes contarle de lo fabuloso del vestido de mami para la fiesta de los Thalberg o también puedes cont...
¡Rudi...! ¡Hola Rudi...! ¡Acá Marlene, Rudi cariño! ¿Qué hay de nuevo en Knize papilein...? ¡Imagino que has cambiado de una buena vez ese viejo modelo 30' de solapas cruzadas! ¿Cómo anda de salud la vieja y guapa París? ¡Sabes que la extraño cada vez más en esta espantosa América de ketchup y papas fritas! ¡De veras que añorarías a Maxim's estando aquí! ¡Imagino que ya te has enterado de Blonde venus, te he enviado cientos de fotografías que hemos diseñado con Jo! ¡Él está seguro de que será un gran éxito, yo no tanto! No me convence del todo eso de andar haciendo tantos personajes en un solo film. ¡A qué no sabes a quién he conocido! ¡Adivina! Primera pista: fiesta en lo de los Thalberg. ¡No, la Lamarr imposible, dicen que está postrada en un hospital de New Jersey superando un nuevo aborto!. ¡Adivina! Segunda pista: está relacionada con la sueca avara de la Metro. ¡Sí, de la Garbo hablo, de quién si no! Tercera: es española y además escribe guiones de malas películas. ¡Papilein, no tienes imaginación! ¡Mercedes de Acosta! Es posible que no te suene pero ya acertará en la taquilla, siempre y cuando tome distancia de la Garbo y de su estúpida vanidad sueca. ¡Déjame contarte cómo ha sido!
¡Como te dije empezó en lo de los Thalberg, una gran fiesta de la que ellos saben presumir, pobrecitos no saben encontrarle otro destino a su fortuna! ¡De todos modos la decoración estaba estupenda y yo con mi boa negra! ¡Sí, la de Shanghai Express, pero guarda el secreto allí en París, sólo Travis lo sabe! La primera hora fue lo de siempre, presentaciones, cumplidos, sonrisas y un poco de contoneo... ¡Luego llegó la visita a la cocina! ¡Sí, has escuchado bien, la cocina! ¡Allí fue donde la encontré! ¿Cómo a quién? ¡A la de Acosta, a quién si no papi...!
¡Te imaginas la cocina de los Thalberg, inmensa y nueva, casi que parecía una de la Paramount! ¡Ella estaba ahí! ¿Yo? Supongo que a buscar un poco de hielo, sabes que los Thalberg escatiman el hielo en sus fiestas, no así con lo que aquí todos llaman "la nueva medicina"... ¡sí, la del viejo sexópata Freud! Bien, la cosa es que allí estaba ella, en la cocina y llorando, arrodillada como si supiera que la Dietrich iría a entrar en ese instante. ¡Confieso que por un momento creí estar en una película de Jo! Bien, resulta que me acerqué y hablamos. Traté de calmarla pero al ella darse cuenta de quién era yo no costó demasiado. ¡A que no adivinas por qué lloraba! ¡Es fácil saberlo papi! ¡Cómo que no lo sabes, otra vez la criada sueca, la Garbo! Resulta que la de Acosta además de ser española y guionista, hace tiempo que se acuesta con la Garbo. Y ésta había tenido aquella noche otra crueldad con Mercedes, parece que le hace pasar las mil y una sólo por el deporte sueco de la maldad. ¡Que bien merecido tiene ahora el estar con gonorrea en un hospital por lo mucho que corretea y hace sufrir a la pobre de Acosta! ¡Sí, gonorrea, pero tú sabes lo discretos que son los agentes de la Metro!
¿Mercedes? Mira, por aquí he escuchado que los imbéciles y envidiosos de siempre la llaman el Drácula español. Pelo negro, muy corto y pegado a la cabeza, rostro blanco yeso y ojo negros, hundidos y sombreados. ¡Pero tiene un aire misterioso casi a lo Dietrich! Claro que los mismos imbéciles cotorrean diciendo que se trata de una inminente tuberculosis... ¡allá ellos, no saben que el misterio o la tuberculosis me resultan igualmente atractivos! Lo único que se me ocurrió pensar allí en la cocina, luego de escuchar a la de Acosta, fue un bello título para un film de Jo: "Sueca cruel sustituida por luminosa aristócrata alemana". ¡Y que conste en América y allí en París que la Garbo no es ni atisbo de insomnio para la Dietrich, que una prusiana que duerme mal no es prusiana!
¡La cosa es que conversamos largo y bajamos un Dom Pérignon antes del cuarto de hora! ¡Ahí mismo, en la cocina, y nos hicimos reales amigas! ¡Claro que aquello fue hace tres semanas! A la tarde siguiente hablé con los Thalberg por más información. Ellos dicen que la Garbo está loca por ella y que pretende que la de Acosta le escriba una versión de Jeanne d'Arc. ¡Puedes imaginar papilein, la criada sueca quemándose en la hoguera! ¡De veras que la Metro iría directo a una bancarrota sin advertirlo! También por aquí se dice que la Garbo es de esas personas que cuentan los terrones de azúcar para estar segura de que la criada no roba o que no come demasiado bien. ¡Así lo creo yo!