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Desde el principio, las películas de samurais se dividieron en dos subgéneros que a veces se entrecruzaban, pero solían discurrir por caminos diferentes; por un lado estaban los "jidai-geki", películas históricas sobre los samurais y sus historias familiares, sus intrigas y venganzas; en este subgenero se encuadrarían obras tan conocidas como "Trono de sangre", "Kagemusha" o "Ran" de Akira Kurosawa y otras no tan famosas en nuestro pais como "47 ronin" y "Fuurin kazan" de Hiroshi Inagaki. Por otro lado estaban los "chambaras", el equivalente japonés del western; el chambara era un género de acción, poblado por peligrosos samurais y ronin bastante prestos a esgrimir sus katanas.
Por aquel entonces, gracias al enorme éxito de "Los siete samurais" y la saga de Musashi Miyamoto de Hiroshi Inagaki, en la que Mifune encarnaba a uno de los samurais más famosos de la historia de Japón, el chambara estaba en alza. Así pues, para relanzar su carrera y obsesionado con la idea de "entretener" al público, Kurosawa realizó una de sus películas de aventuras más ligeras y sin embargo más influyentes, "La fortaleza escondida".
La película es notable por varios aspectos: es la primera vez que Kurosawa utilizaba el formato panorámico, y la transición no pudo hacerse con mayor acierto, como se puede comprobar en las secuencias del tiroteo en las escaleras, la persecución a caballo o el duelo a lanzazos entre Mifune y Susumu Fujita. La historia, de ambientación medieval similar a "Los 7 samurais" está narrada desde el punto de vista de dos campesinos mezquinos que acompañan en su viaje a una princesa depuesta y un valeroso samurai que la defiende. Años después, George Lucas compró los derechos de esta película y quiso contratar a Mifune para la primera entrega de la saga de "La guerra de las galaxias".
Para poder asegurarse su independencia, se crea Kurosawa Productions, que colaborará con la Toho y otras productoras mayores pero permitirá a Kurosawa mantener el control sobre su trabajo.
En 1960 Kurosawa levanta las iras de ciertos sectores con una solapada adaptación de "Hamlet", "Los canallas duermen en paz", que muestra a Mifune en el Japón de entonces luchando con trucos sucios contra políticos y banqueros corruptos. La critica a la política y los sectores financieros es tan cruda que que Kurosawa decide volver al chambara en 1961, y de nuevo con una película de importantísima repercusión social y cinematográfica: "Yojimbo".
Si se pregunta a todos los fans del chambara por la película que mejor define el género, es probable que mencionen "Yojimbo" (traducido libremente, algo asi como "guardaespaldas" o "mercenario"), que reune todos los tópicos que distinguirian el género en adelante: el protagonista del chambara suele ser un ronin errante, de habilidades con la espada fuera de lo común y con tendencia a meterse en líos y resolverlos con frases lapidarias, gestos chulescos y unos cuantos muertos por indigestión de katana.
Así es precisamente el ronin que encarna Toshiro Mifune en esta película: sucio y desharrapado, recorre los caminos vendiendo sus habilidades al mejor postor, hasta que llega a una aldea dividida en dos bandos; ambas partes quieren dominar la aldea y tienen asustados a sus habitantes, de manera que este misterioso samurai que no quiere desvelar su nombre decide sacar provecho de la situación vendiendo sus servicios... a ambas partes en conflicto.
La película cuenta con un guión acertado, que define personajes y situaciones casi paródicas o de comic; las escenas de acción son rápidas y contundentes: el anti-héroe protagonista siempre lucha en inferioridad de condiciones, pero al final todos sus contrincantes suelen yacer en el suelo con las tripas abiertas o un brazo de menos. La música de Masaru Sato es pegadiza y llena de sugerentes percusiones; la puesta en escena es magnífica, con un uso explendoroso del formato panorámico y los elementos escénicos, el viento, el polvo, las sombras, etc... En fin, un entretenimiento de primera que se hizo tan popular que conoció una segunda parte, "Sanjuro", también de Kurosawa, e incluso una tercera y una cuarta, "Machibuse" de Hiroshi Inagaki y "Zatoichi encuentra a Yojimbo" de Kihachi Okamoto. Además, a la sombra de "Yojimbo" surgieron las series de películas más famosas sobre samurais: la prolífica serie de Zatoichi, el samurai ciego, con más de 20 películas, la saga de Kyoshiro Nemuri, la ultra violenta "Lobo solitario y su cachorro"...