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Durante la guerra realizó varios filmes de propaganda con estilo semidocumental de entre los que destaca "La más bella", sobre la vida de unas trabajadoras en una típica fábrica nipona; también realizó una película sobre una conocida obra de kabuki, "Los hombres que caminan sobre la cola del tigre", aunque la película fue muy mal recibida por tratarse de una obra de época y con cierto sentido cómico, y su estreno fue prohibido hasta muchos años después.
En 1945 se casa con Kayo Kato, conocida artísticamente como Yoko Yaguchi, protagonista de "La más bella", y nace su primer hijo Hisao.
Posteriormente vendrían otros filmes de propaganda de desigual calidad, "Los que construyen el porvenir", "No añoro mi juventud" y "Un domingo maravilloso". Quizá la más importante sea "No añoro mi juventud", una hermosa película sobre el antimilitarismo, con uno de los escasos papeles femeninos protagonistas de Kurosawa; este papel está encarnado por la actriz Setsuko Hara, que da vida a una esposa fiel a los ideales de su marido, juzgado por espionaje durante la guerra. Kurosawa consideraba una pena que esta actriz decidiese retirarse poco después del cine, y siempre habló maravillas de ella. En la película también quedan patentes ese sentido del ritmo y del montaje corto tan característicos de su filmografía posterior.
En plena reconstrucción de un Japón física y anímicamente destruido por la derrota en la Segunda Guerra Mundial, Kurosawa inicia lo mejor de su carrera, al entrar en su vida el que sería su actor fetiche, Toshiro Mifune. La forma en que ambos se conocieron parece absolutamente legendaria, aunque ninguno de los dos dijo jamás que no sucediese así:
Para animar a un pueblo cuyas creencias se habían derrumbado de la noche a la mañana, las productoras fueron conminadas desde organismos oficiales a producir películas de entretenimiento y a buscar nuevas estrellas. Mifune habia nacido en China, hijo de padres misioneros, y había trabajado como fotografo hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Entonces se alistó como piloto y combatió en numerosos frentes; al regresar de la guerra, Mifune estaba huérfano y arruinado, y se refugió en Tokyo con la esperanza de encontrar trabajo como fotógrafo. No lo tenía nada fácil: era casi un extranjero en su propia tierra, y su caracter reservado y algo iracundo no le permitia hacer amigos con facilidad. Durante muchos meses vivió casi en la indigencia y se dio al alcohol, hasta que, en 1947, atendió a la llamada de la Toho que buscaba técnicos y miembros de equipo diversos para producir filmes.
Mifune se presentó como fotógrafo, pero debido a su aspecto imponente (medía 1'76, una talla bastante alta para una japonés de su época, era ancho de hombros, tenía la mandíbula cuadrada y la mirada penetrante) lo confundieron con un aspirante a actor para encarnar papeles de samurai. Asi pues Mifune se presentó sin saberlo a un casting interpretativo; en una sala vacía, una serie de individuos le instaron a hacer ciertas pruebas físicas que empezaron a hastiar a Mifune, que pensaba que era todo una tomadura de pelo. Cuando ya no pudo más, estalló violentamente en cólera y se marchó de la audición entre insultos y mobiliario roto. Los encargados del casting, anonadados ante el despliegue fisico de aquel hombre, decidieron darle una segunda oportunidad.
Mifune recibió con enorme sorpresa la segunda oportunidad y comprendió su error la primera vez; esta vez los encargados del casting le conminaron a que directamente hiciese una demostración de su ira, aunque fuese fingida. Los biógrafos no se ponen de acuerdo sobre si Kurosawa estaba o no estaba entre los asistentes al casting, pero desde luego que se enteró de la existencia de Mifune de inmediato y fue uno de los primeros en reconocer todo su potencial. Al año de entrar en Toho, Mifune era ya una estrella.
El tandem Kurosawa-Mifune rodó 15 películas entre 1948 y 1965; en muchas de ellas también hubo un tercero en discordia, el excelente actor Takashi Shimura, unos años mayor que Mifune y con mucha experiencia en el teatro y el cine. En manos de Kurosawa, ambos represantaron habitualmente dos maneras encontradas de ver la vida: Mifune era el joven que reacciona con violencia ante los crueles avatares de la vida, Shimura la voz de la sabiduria que sobrevive a través del sacrificio y la comprensión.