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TÉ FLOJO
Acabo de tomar una de las cosas más tristes, un taza de té flojo. Oh, ¿por qué tiene que ser flojo? Qué patético suena, algo más que patético, cuando al servir una taza de té dicen: «Me temo que sea flojo.» Uno cree ser un verdadero bruto, si abusa de su debilidad antes de que se haya fortalecido. Cojo la taza: parece que el té tiemble, que diga muy bajito: «¡Cobarde!» Reconozco que no puedo nunca, al momento de servir el té, oír a alguien murmurar tímidamente (como si estuviera consciente de su vergüenza). «Sí, gracias, demasiado flojo para mí», sin tener deseos de echarme a llorar.
De cuando en cuando, Fred hablaba en sueños. Pero hasta en sueños estaba tranquilo. Ella se despertaba al oírle decir: «Faltan un par de tornillos», o «prueba la otra hoja», mas, a esto sólo se reducía todo.[1.921]
13 JULIO. - He ido a la clínica para que me dieran una punción a la glándula. No creo que puedan salvar la piel, Por la sensación que percibo, estoy segura de que no podrán, y de que este asunto no ha hecho más que empezar. Tendré que volver a la clínica a fines se semana, Mientras tanto, estoy agotada e incapaz de escribir una sola línea.
En fin, tengo que confesar que he tenido un día perezoso. Sabe Dios por qué. Lo iba a escribir todo, pero no he hecho nada. Creía poder trabajar y en cambio, después del té estaba algo fatigada y he descansado. ¿Es un bien o es un mal de mi parte portarme así? Tengo la impresión de que soy culpable, pero al mismo tiempo sé que lo mejor que puedo hacer es descansar. Además, en mi cabeza hay una especie de zumbido horrible y me acosan señales de degradación terrestre. No soy límpida como el cristal.
Sobre todo, me falta aplicación. esto es muy malo. ¡Hay tanto para hacer y hago tan poco! Aquí la vida sería casi perfecta, si cuando hago ver que trabajo, trabajara. Vamos, no es tan difícil trabajar. Mira las novelitas que esperan en el umbral. ¿Por qué no las dejas entrar? Y su lugar lo tomarán otras novelas que están rodando por allí muy cerca, esperando la ocasión.
AL DÍA SIGUIENTE. - Sin embargo, tomemos esta mañana como ejemplo. No quiero escribir. Quiero vivir. ¿Qué significa esto? No es fácil explicarlo. ¡Pero es así!
Es singular esta costumbre mía de ser tan habladora. Y sin embargo, mi intención es que esto no lo lean ningunos ojos más que los míos. Estos apuntes son realmente privados. Y confieso que nada me proporciona mayor alivio. Lo que me suele pasar es que si continúo acabo por emerger. Sí, es como si uno tirara gruesas piedras al río. Mas la cuestión es saber cuánto tiempo este sistema será eficaz. Por ahora, lo reconozco, no me ha fallado nunca...
Aquí la sensación que no tiene de la importancia de los pequeños acontecimientos es realmente justa. No tienen ningún valor...
¡Qué cosa rara! De repente me he visto en puerta de la sala de lectura de Wörishofen: primavera, lilas, lluvia, libros encuadernados de negro.
Y sin embargo, me gusta este día nublado. Una campana toca en la lejanía; los pájaros cantan uno tras otro, como si se estuvieran llamando desde las copas de los árboles. Me gusta esta paz inmóvil, y esta sensación de que de un momento a otro empezará a llover. En los claros, donde el cielo no es gris, es de un blanco plateado y tiene rayas de nubecitas. La única nota desagradable del día son las moscas. Son absolutamente enloquecedoras y uno no puede hacer nada para librarse de ellas: pocas veces he tenido esta impresión de impotencia.