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PERIODISTA: Señor Parvulesco, ¿cree usted que hay alguna diferencia entre el erotismo y el amor?

Parvulesco parece saborear la pregunta. Al fondo, un avión, rueda lentamente hacia la pista de despegue, con un fuerte ruido de reactores.

PARVULESCO: No, no creo..., no creo en absoluto..., porque el erotismo es una forma de amor y el amor es una forma de erotismo...

VOZ DE MUJER: Señor Parvulesco, ¿cree usted en la existencia del alma en el mundo moderno?

PARVULESCO: Creo en la amabilidad.

VOZ: ¡No hagáis pregunta idiotas!

PATRICIA: ¿Cree usted que la mujer tiene una papel que desempeñar en la sociedad moderna?

Parvulesco, con la pipa en la boca, se baja las gafas para mirar mejor a Patricia.

PARVULESCO: Si..., si es encantadora..., si lleva un traje a rayas... y gafas de sol.

VOZ: ¿Señor Parvulesco?

Patricia, sonríe aguantando la mirada de Parvulesco.

VOZ DE HOMBRE: ¿Valora usted la frase de Casanova según la cual no hay mujer que no pueda seducirse a fuerza de imponerle agradecimiento?

PARVULESCO: Cocteau..., a través del «Testament d'Orphée», será de su opinión.

UN PERIODISTA: En su opinión, ¿a cuántos hombres puede amar una mujer en su vida?... Quiero decir físicamente.

Parvulesco levanta la mano y extiende los cinco dedos
rápidamente seis o siete veces; luego hace lo mismo
con la otra mano.

PARVULESCO: ¡Más que eso!...

VOZ: Perdón, por favor... (Otras voces.) ¡Señor Parvulesco!... Oh!... ¡No hay manera de trabajar!...

Patricia parece sonreír a Parvulesco.

VOZ: Señorita, no entre en campo... (Otra voz.) ¡Oh!..., pero señorita, está usted en campo.

«Flash» de un cameraman, después de un fotógrafo que monta rápidamente su cámara. Los periodistas hablan todos a la vez.

PARVULESCO: Hay dos cosas importantes en el
mundo. Están los hombres... (pausa), las mujeres...

«Flashes» varios de los periodistas. Algarabía.

VOZ DE HOMBRE: ¡Ah!..., lo ve: es usted pesimista.

PARVULESCO: En cuanto se ve a una chica guapa con un tipo que tiene dinero, se puede decir automáticamente que ella es una chica bien..., y él un cerdo.

VOZ: Hacia allá, señor Parvulesco... ¡Eh!... ¡cuidado!

OTRA VOZ: En su opinión, ¿qué es mejor: amar para vivir o...?

OTRA VOZ: ¿Cual es el país más atractivo del mundo?

UNA PERIODISTA: ¿Le gusta Brahms?

PARVULESCO: Como a todo el mundo: ¡en absoluto!

VOZ: ¿Y Chopin?

PARVULESCO: ¡Nauseabundo!

PATRICIA: ¿Cuál es la mayor ambición de su vida?

PARVULESCO (Mirándola quitándose las gafas): Hum... («Flashes» de un fotógrafo.) Llegar a inmortal... y después morir.

Gran plano de ella quitándose las gafas (tema músical del film), y muy lento, encadenado, sobre el rostro de Patricia aparece una carretera cerca de Orly por la que rueda Michel en el Ford cabriolet blanco.


[Incluido en Cinco guiones, de Jean-Luc Godard, traducción de Miguel Marías para Alianza Editorial]