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No se si he estado más inspirado por las fiestas judías o por las fiestas católicas. Mi abuelo, o para ser exactos, el hermano de mi abuelo, fue sacerdote. Era un hombre muy liberal. Tuvo muchos problemas con el obispo, que residía en Tarnow. El obispo era tradicionalista. No amaba a los judíos, está claro. Mi tío abuelo si que apreciaba a los judíos. Recuerdo una magnífica escena en el entierro de mi tío abuelo. Numerosos sacerdotes habían venido un poco de todos lados. Iban todos de negro. Nadie advirtió que a lo lejos, tras el cortejo, toda la comunidad judía les seguía con el gran rabino y los miembros del consejo judío. Iban vestidos de fiesta y llevaban las tabletas. Todos los sacerdotes católicos huyeron a través de los campos. Se tenían que atravesar los campos para llegar al cementerio. Uno se sentía como en una película de Buñuel. Todos los sacerdotes huyeron. Al acabar, ¡no quedó más que la familia y los judíos!
[A n d r e j z · W a j d a , c i n e a s t a . . .]
Para Kantor, Cracovia era una ciudad de apariencias. Pero Wielopole era la verdadera vida. Sentía por su ciudad un profundo apego. Vino a Cracovia, pero nació en Wielopole. Y Wielopole le acompañaba en Cracovia, en Nueva York, París, Londres, allí dónde interpretaba llevaba Wielopole con él. Eso es lo que constituía su originalidad. Esa era su fuente de su inspiración y la explotaba. Ese apego a la provincia no era una coquetería.
[T e a t r o . . .]
Embalajes, empaquetados, el manifiesto. Los embalajes aíslan del mundo, protegen de la estupidez, de la ignorancia y de la vulgaridad. Embalajes, empaquetados. Embalajes.
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La tendencia humana, la pasión por la conservación, por la disimulación, por la transmisión, casi un proceso autónomo. ¡Qué oportunidad!
[W i e s l a w · B o r o w s k i , g a l e r i s t a . . .]
Junto con el embalaje y la silla, el paraguas ha sido el objeto mayor de la obra de Tadeusz Kantor. Ha estado presente en toda la creación de Kantor. El paraguas es un embalaje porque protege de la lluvia. Protege del sol. Es un objeto divertido. "Un objeto lleno de aventuras", como decía Kantor.
[M a r i a · S t a n g r e t - K a n t o r , p i n t o r a . . .]
Tenía mucho carisma. Gracias a él, comprendimos lo que es la vanguardia. Nosotros, los jóvenes, conocíamos la vanguardia de la época de la Revolución, Maiakovski, Esenin. Más tarde fuimos confrontados con la realidad. Eso nos abrió los ojos. En la época del realismo socialista, el arte estaba tan asfixiado que nadie reaccionaba. Todo había sido decidido de antemano, todo respondía a las directrices comunistas. Nos enseñó que podíamos hacer otras cosas.
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Existe un estado de pesadumbre, un estado de vacío. En este tipo de vacío, no hay ni escenario ni teatro. Sólo un guardarropa, una sala de espera, un vestíbulo, un almacén de decorados, un depósito, los espectadores forman parte de ese depósito. Los considero como un depósito. El lugar donde actuamos tiene a la vez algo de depósito, de guardarropa, de sala de espera.