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No pregunto si soy feliz o no.
Pero hay algo que permanece siempre alegre en mi cabeza:
que en la gran suma -esa suma que aborrezco-
de sus demasiados números, yo no soy uno,
no soy una de esas unidades. Yo no fui contado
en el total. Y eso ya me alegra suficientemente.(Este poema fue suprimido por Kavafis en su canon y está entre los veintinueve publicados en revistas desde mil ochocientos ochenta y cuatro hasta mil novecientos veintiuno.) Versión de José María Álvarez
Una vela es suficiente. Porque su tenue luz
se adapta mejor, hace más fascinantes
las Sombras voluptuosas que vienen del Amor.Una vela es suficiente. La habitación esta noche
no debe estar iluminada. Para que sólo al sueño
y a la imaginación, con poca luz –
para que sólo al sueño me abandone
en las sombras voluptuosas que me trae el Amor.1920 - Versión de José María Álvarez
A un día monótono otro
monótono, invariable sigue. Pasarán
las mismas cosas, volverán a pasar –
los mismos instantes nos hallan y nos dejan.Un mes pasa y trae a otro mes.
Lo que viene fácilmente uno lo adivina:
son las mismas cosas fastidiosas de ayer.
Y llega ya el mañana a no parecer mañana.1898-1908 - Versión de Miguel Castillo Didier
Procura guardarlas, poeta,
aunque sea poco lo que permanece,
de tus visiones eróticas.
Déjalas, ocultas, en tus frases.
Procura retenerlas, poeta,
cuando incitan tu mente
de noche o en el brillante mediodía.1913-1916 - Versión de Nina Anghelidis
R e c u e r d a , c u e r p o . . .
Cuerpo, recuerda no solamente cuánto fuiste amado,
no sólo los lechos en que te acostaste,
sino también aquellos deseos que por ti
brillaban en los ojos manifiestamente,
y temblaban en la voz – y algún
obstáculo casual los hizo vanos.
Ahora que todo ya está en el pasado,
casi parece como si a aquellos
deseos te hubieses entregado – cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo temblaban en la voz, por ti, recuerda, cuerpo.1916-1918 - Versión de Miguel Castillo Didier