[4/12]

Isak comienza a caminar en medio de un bosque. Con un primer plano de su rostro la cámara se mueve hacia atrás acompañándole. Llega a una casa. Abre la puerta. Entra en ella y a través de una ventanita vemos a Sara sentada, tocando el piano y a su lado a Sigfrid, de pie. Y mientras todo esto sucede ya estamos envueltos en una fuga de Bach que toca Sara, esa fuga magnífica, extraordinaria y soberbia. Estamos envueltos en nostalgia al ver ese plano que resume la soledad, esa contraposición entre Sara y Sigfrid juntos mientras que la cámara se desplaza y muestra a Isak solo, al otro lado, mirando a través de una ventana, pensando y reflexionando en todo aquello que perdió, en toda esa vida que ya pasó, que se escapó, sabiendo que esa mujer que está ahí fue su novia y la perdió y todo subrayado de forma ejemplar por esa fuga.

Acerca de esta fuga de Bach hay una breve referencia en el libro de John Kobal titulado "Las cien mejores películas", donde afirma que: "La metáfora musical de "Fresas salvajes" siempre ha sido una fuga de Bach, una compleja estructura de punto y contrapunto que expresa en su denso lenguaje cinematográfico los temas de la muerte en la vida y la atrofia de las personalidades emocionales y espirituales."

Después, dentro del siguiente sueño hay, a su vez, contenido un flashback. El examinador es como si representase su conciencia. Es la voz que suena en su interior. La voz que le atormenta desde hace tiempo, la que le narra todo aquello que él mismo dice no querer escuchar, pero sabe que está ahí.

Este episodio quizás sea el más lamentable de todos. Es como haber llegado a un punto en que todo le daba igual, como si pasase de todo... menos de su amor por el trabajo.

La excelencia del trabajo de fotografía de Gunnar Fischer es tal por la forma de distinguir a través de la luz los sueños, de la realidad, de los recuerdos.

Pero si esta película es redonda y perfecta, si esta película es grande, lo es por la forma de unir todas las ideas que se han ido exponiendo en esa conversación casi final que le da forma de obra maestra.

Se trata de la conversación que mantienen Isak y Marian cuando éste despierta del último sueño que hemos contado. Isak se sincera. Le cuenta todo lo que siente y es cuando llega a afirmar el hecho de creer encontrarse muerto, aunque vive todavía. Todas las ideas empiezan a tomar relación unas con otras. Esa fuga de Bach y la idea que venía a expresar de la muerte en la vida, aquí alcanza su verdadera dimensión. Isak se siente cerca de la muerte, sabe que le queda poco tiempo de vida por edad. Y no solo eso, si no que dice sentirse muerto aunque todavía está vivo. En el fondo parece presentarnos esa idea que después abordaría Visconti y que Juan Miguel Lamet resume diciendo que "la muerte siempre viene precedida de la soledad". Marian le contesta que habla igual que su hijo y le cuenta la conversación que mantuvieron un día bajo la lluvia. Aquí es donde está resumido Bergman, que al escribir esto, alcanzó a dar forma a una de las ideas quizás más duras y realistas sobre los seres humanos, siendo al mismo tiempo amarga, cruda y cruel, impregnada como de una poesía que llena todo de belleza, pero también de mucho resentimiento.

Bergman encaja todo. Ahí reside la perfección de este corto guión. Corto pero desbordante en ideas. Se van dejando caer las piezas y al final en una conversación todo adquiere esa forma densa de pensamientos que se atropellan en la mente. Una reflexión sobre el ser humano, sobre nuestra existencia, sobre nuestros temores, nuestros miedos y demonios, sobre nuestro paso por este mundo y sobre las relaciones que guardamos entre nosotros.

El decir que todo Bergman se encuentra en esta película no fue gratuito. Hay un tema fundamental que obsesiona a Bergman y que pueda parecer que se ha pasado por alto, pero no es así. Se trata del debate interno que siempre mantuvo él mismo acerca de la existencia o no de Dios. El asunto se plantea como un debate a través de dos chicos que discuten constantemente.

Para finalizar hay que destacar dos metáforas que realiza Bergman acerca de la soledad y el distanciamiento en el que muchas veces vivimos las personas unas de otras por egoísmo.

En la primera, los chicos que han encontrado en el camino hay un momento en que cogen flores del campo, le hacen un ramo a Isak y se lo regalan. Isak está sentado en el coche, en el asiento del copiloto. Se las dan por la ventanilla. Él las coge agradecido. Es como si por un momento se sintiese arropado, rodeado, pero vemos que mira hacia delante y se hace la oscuridad a su alrededor, todo desaparece y solo queda él, es como si Bergman nos diese a entender que está sumido en una soledad casi incurable.

La segunda está basada en el sueño final que cierra la película, después de la reconciliación con todo su entorno. Isak se acuesta a dormir y tiene un nuevo sueño o un nuevo recuerdo. Volvemos a verle hablar con Sara, la cual le lleva ante sus padres. Hay un lago en medio. Ellos se encuentran en la otra orilla con respecto a donde él se encuentra, es decir, lejos, distantes, distanciados, ¿será así como ha vivido Isak toda su vida, lejos y distante de todas las personas que le han rodeado?.